Un fútbol mejor para una sociedad mejor
{mb_sdlf_jugador_SDLF-jugador_frase-destacada}Los entrenadores de la Arandina CF recibirán una formación de excelencia que cubrirá aspectos tanto técnicos como éticos.
Capacitar a entrenadores de forma científica y continua. Éste es el objetivo de la Arandina CF, que en los próximos meses contará con la colaboración de la Fundación Marcet para desarrollar un ambicioso proyecto de formación que cubrirá no solamente aspectos técnicos, sino también psicológicos, pedagógicos y éticos. Una preparación a 360º que se implementará a través de sesiones tanto presenciales como ‘online’.
Una treintena de entrenadores del fútbol base de la Arandina recibirán una formación de excelencia para convertirse en educadores capaces de comunicar de forma eficaz y empática con sus alumnos. No se trata simplemente de transmitir conocimientos técnicos y tácticos. Igual de importante es desarrollar una correcta aptitud pedagógica para formar a auténticos líderes que sepan sacar a la superficie todo el potencial de cada jugador. Porque el mayor éxito de un profesor es conseguir que sus alumnos le superen.
Al tratarse de fútbol base, especial hincapié se hará en la formación ética. “Es difícil poder establecer valores en los adultos si no se trabaja antes con los niños pequeños”, explica José Ignacio Marcet. “Hay muchos futbolistas de éxito que acaban convirtiéndose en modelos negativos porque no recibieron una educación correcta en su etapa formativa. Por eso hace falta un plan estratégico de implementación de valores. Es algo que no se improvisa y que requiere experiencia y profesionalidad”.
Los vicios del fútbol
Según el presidente de la Fundación Marcet es importante matizar que jugar al fútbol no garantiza de por sí una educación en valores: “Todo depende de cómo se maneje. El deporte es un excelente medio para trabajar los valores, pero hay que saber cómo hacerlo. El fútbol mal entendido puede incluso llegar a ser trágico, porque corre el riesgo de transmitir vicios y defectos que se consolidan durante la adolescencia y acaban convirtiéndose en problemas más serios en la etapa adulta”.
Para Marcet la palabra clave es “resiliencia”: todo joven jugador tiene que aprender a resistir las influencias negativas de su entorno, en particular la sensación del fracaso y la frustración de no llegar. “Una frustración que a menudo viene de los padres, que se olvidan de educar a sus hijos en los tres valores fundamentales: humildad, humanidad y honestidad“. En ellos se basan todas las demás actitudes que un jugador tiene que desarrollar en su etapa formativa para llegar al fútbol profesional con la cabeza ‘bien amueblada’: esfuerzo, orden, generosidad, amistad, compañerismo, respeto a los demás, disciplina, optimismo, higiene, salud, responsabilidad, etc.
El objetivo de la Arandina es precisamente que sus entrenadores hagan propios estos valores para poder transmitirlos a través del ejemplo. “Lo entendemos como una forma de concienciar a nuestros formadores sobre la importancia de educar moralmente a los jugadores”, explica Javier Almendáriz, secretario del club castellano-leonés: “Firmamos un convenio de colaboración con Marcet precisamente porque se trata de un gran referente en la formación en valores”.
Al margen de la cuestión ética, los objetivos formativos de esta iniciativa son capacitar a los aspirantes en los aspectos técnicos, tácticos, pedagógicos, de comunicación, expresión, planificación, autoridad y dirección de grupos. Los entrenadores de la Arandina aprenderán a enseñar las técnicas básicas de la metodología Marcet, conocer las necesidades de cada niño para poder mejorar y establecer buenas relaciones con los propios jugadores y sus familias. Todo esto con el objetivo final de contribuir al desarrollo de un fútbol mejor en una sociedad mejor.