Derrotas que llevan a victorias

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Una correcta gestión del error es fundamental para que un equipo pueda progresar en el tiempo.

Son las 16:00 horas en la Ciudad Deportiva del Villarreal CF y los 22 titulares saltan al campo escoltados por el árbitro. La temperatura es perfecta y el mal tiempo de las últimas horas parece conceder un respiro a los protagonistas del encuentro.
El equipo de casa recibe al Juvenil Marcet, buque insignia de la Academia de Alto Rendimiento. “La idea de enfrentarnos a un rival importante como el Villarreal es que nuestros alumnos vayan encontrando situaciones cada vez más complejas para ellos”, explica Pere Tarradellas, técnico del cuadro visitante. “Ante estos equipos el ritmo de juego es más alto, todo va un poquito más rápido y se dan las condiciones ideales para poder progresar”.
No es ni mucho menos el primer viaje de este tipo que afronta el conjunto de Tarradellas. En la presente temporada ya se ha visto las caras con rivales como Atlético de Madrid, RCD Espanyol, CA Osasuna, Girona FC, Rayo Vallecano, RC Estrasburgo, Dijon FCO o Real Zaragoza.
El partido no defrauda las expectativas y los dos equipos muestran desde el comienzo un nivel muy parecido, repartiéndose por momentos el control del juego tanto en la fase ofensiva como en la defensiva.
Minuto 19º. Mientras preparadores físicos, psicólogos deportivos y suplentes siguen con atención el partido desde el banquillo visitante, el equipo local rompe el equilibrio y consigue vulnerar la portería rival tras una buena jugada por la banda izquierda.
“Cuando hay una situación de desventaja todo se complica, porque aumenta la presión y es más difícil gestionar el partido”, comenta Tobia de Bernardi, uno de los dos pivotes del equipo de la Academia de Alto Rendimiento Marcet.
Ir abajo en el marcador no es sino una prueba más que hay que superar, sobre todo a nivel psicológico. Se trata de no perder la cabeza, no dar el partido por perdido, seguir jugando de la misma forma que antes.
“Este año nuestro equipo nunca nota el gol encajado y siempre sabe sobreponerse”, explica Tarradellas. “Esta temporada nos hemos puesto muchas veces por detrás en el marcador y casi siempre hemos conseguido empatar. Los jugadores reconocen que incluso si encajan un gol están capacitados para remontar, y esto es fundamental en el aspecto anímico”.
El partido de Villarreal no es una excepción a la tendencia mencionada por el técnico Marcet. “No cambiamos de actitud porque estábamos jugando mejor que ellos”, recuerda Fernando Bajo. El central admite que el tanto encajado supuso un “mazazo”, pero asegura que “el equipo supo seguir a tope”.
En el minuto 39º, Ismael Pardo recibe la pelota de Tobia de Bernardi y abre enseguida la jugada hacia la derecha, donde ‘Vova’ osipov gana metros avanzando hacia el área rival, en una lucha codo con codo con un defensa del equipo contrario.
El forcejeo entre los dos jugadores hace difícil buscar una línea de pase. ‘Isma’ entiende que no puede quedarse parado a esperar la pelota. Se escora rápidamente a la derecha, en la misma zona ocupada por Vova, donde sorprende al defensa, se hace con el balón y supera al guardameta amarillo para que Hugo Romero apoye la pelota en el marco.
El gol permite al equipo de Tarradellas ir al descanso con el empate restablecido en el marcador y el ánimo alto. No es poco cuando te estás midiendo a un equipo como el Villarreal.
A la vuelta al césped, jugadores y técnicos ya han comentado lo sucedido en la primera parte. “Hay que analizar los errores cometidos y comprender por qué se han cometido. Sólo así es posible mejorar cada vez más”, explica Tobia.
“En mi caso”, añade el pivote italiano, “me di cuenta de que en la primera parte nos había faltado un poco de comunicación entre los mediocentros. Hubo alguna que otra incomprensión a la hora a la hora de presionar al rival, y de esto tenemos que aprender”.
En la parte final del encuentro, como ocurre a menudo en un amistoso, el partido se transforma a causa de las muchas sustituciones. El Villarreal cambia prácticamente a todo el equipo sobre el césped y logra el que sería el definitivo 2-1 con un gol de cabeza en un saque de esquina.
“El resultado es importante, pero más importante es que los chicos se vayan acostumbrando a ritmos de juego cada vez más elevados”, afirma Tarradellas, satisfecho por cómo sus jugadores se han desempeñado en el terreno de juego.
Fernando admite que nunca se sale a gusto de una derrota, incluso cuando se juega bien. “Les teníamos ahí, habríamos podido ganar… Pero lo importante es aprender de cara al futuro y hacerlo lo mejor que podamos la próxima vez”.
“Los jugadores ya son conscientes de que la derrota puede ser útil”, matiza Tarradellas. “Ellos sacan conclusiones positivas, porque ven que este tipo de partidos les sirve, les ayuda… Ven que están evolucionando, que hay una mejora entre principio de temporada y ahora. Y esto se debe sí a los entrenamientos, pero sobre todo a la posibilidad de afrontar rivales de este tipo. Es precisamente por eso que organizamos estos partidos entre semana. Si nos quedáramos sólo con los partidos de Liga, la capacidad de mejora de nuestros alumnos sería mucho más limitada”.
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