La ONU trabaja con Marcet para fomentar el empleo juvenil a través del fútbol
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La colaboración institucional tiene el objetivo de promover el acceso a una formación de calidad y a mejores oportunidades de desarrollo profesional.
Nada como el fútbol es capaz de movilizar a los jóvenes. El ‘deporte rey’ genera un impacto social sobre decenas de millones de personas en todo el mundo. Un potencial que no ha pasado desapercibido a los ojos de Naciones Unidas, cuya intención es servirse del fútbol para ofrecer oportunidades de desarrollo profesional a jóvenes en el paro. Un cometido que la ONU está empezando a poner en práctica junto con las voces más autorizadas en este campo, como es el caso de la Fundación Marcet.
Situada entre los máximos expertos del sector, Marcet forma parte del proyecto ‘Football for Decent Jobs for Youth’, iniciativa internacional patrocinada por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en su sede de Ginebra. La agencia de Naciones Unidas quiso reunir en la ciudad suiza a aquellas instituciones que contribuyen activamente en la promoción del empleo juvenil a través del fútbol, con el objetivo de arrancar el proyecto, que los colaboradores transmitieran su visión, compartieran sus experiencias y ofrecieran soluciones innovadoras.
“El fútbol es clave para que los jóvenes puedan acceder a una formación de calidad”, señaló durante el acto Cyril Pellevat, responsable de la Fundación para la Infancia de la UEFA: “No se trata sólo de crear puestos de trabajo, sino de fomentar el espíritu emprendedor”. Una opinión compartida por Guido Battaglia, del Institute for Human Rights in Business (IHRB): “El derecho a la educación es uno de los Derechos Humanos, y el deporte tiene que tener en cuenta este aspecto”.
“el talento deportivo y el académico no sólo están relacionados, sino que se refuerzan recíprocamente”
La intervención de Battaglia fue aplaudida por los representantes de Marcet, cuya Fundación nació precisamente con el objetivo de compatibilizar fútbol y estudios. “Es imprescindible normalizar el binomio deporte-educación, que a día de hoy sigue siendo una excepción”, expuso Gionata Chatillard, portavoz de nuestra institución. “Se sigue manteniendo la idea de que los jugadores están demasiado ocupados para poder estudiar, pero en realidad raras veces se entrenan más de dos horas al día. Parece más bien que existe una especie de ‘requisito antieducación’, un prejuicio que es necesario desterrar en pro de una formación global que permita a los jóvenes acceder al mercado laboral en caso de que no consigan llegar a ser futbolistas profesionales”.
Para ejemplificar lo susodicho, los representantes de la Fundación Marcet mencionaron el caso de la Premier League, donde la mayoría de jugadores no tiene ningún título de estudio. “Esta situación quizá podía entenderse hace algunas décadas, cuando la mayoría de la sociedad inglesa pertenecía a la clase obrera. Pero se entiende menos hoy, cuando el 70% de la población sigue estudiando después de los 16 años. En términos prácticos, esto significa que el fútbol inglés da la espalda a la clase media, es decir a la inmensa mayoría de los jóvenes. Y eso pese a que cada vez existen más evidencias de que el talento deportivo y el académico no sólo están relacionados, sino que se refuerzan recíprocamente contribuyendo a tender un puente hacia un empleo de calidad”.

En este sentido, todos los ponentes en el encuentro de Ginebra se mostraron favorables a potenciar las sinergias entre el fútbol y el mundo de la empresa. “A través de este deporte los jóvenes pueden aprender competencias útiles para acceder al mercado laboral”, dijo J. McDonald, responsable de la Fundación del Everton FC. “Con el fútbol es posible aprender idiomas y fomentar la empleabilidad futura”, añadió Hubert Rovers, cofundador del European Football for Development Network (EFDN).
Por su parte, Johannes Axster, responsable de Streetfootballworld, quiso remarcar que nada como el ‘deporte rey’ puede captar la atención de los ‘ninis’, los jóvenes que ni trabajan ni estudian: “El fútbol les atrae, porque por sus características consigue llegar a todo el mundo. Para practicarlo no hace falta ningún tipo de infraestructura, y ésa es la clave de su éxito entre los jóvenes y la razón por la cual ha de ser utilizado como un instrumento para fomentar la integración social y económica”.
Axster también mencionó la importancia de Erasmus +, un programa de becas, bajo el paraguas de la Unión Europea, que también la Fundación Marcet está desarrollando en colaboración con entidades procedentes de países en vías de desarrollo futbolístico. Un proyecto en el que el aprendizaje del fútbol inteligente no prescinde de los valores humanos y cuyo fin es proporcionar empleabilidad futura dentro y fuera del mundo del balompié. Precisamente el mismo objetivo por el que Naciones Unidas convocó a nuestra Fundación en Ginebra.