‘La vida de un futbolista es demasiado corta para no aprovechar el verano’

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Giancarlo Martínez lleva dos años en la Coker University. El portero, de orginen guatemalteco, defiende la portería de las Cobras, el equipo de fútbol de este College de Hartsville, en Carolina del Sur.
“Estaba buscando opciones para entrenarme durante el verano, porque no tenía muchas en mi país”, explica el guardameta. “Encontré en internet varias academias y al final opté por Marcet. Lo que más me llamó la atención fue el número de horas de entrenamientos al día”.
Giancarlo no quería desaprovechar sus vacaciones. Su objetivo era llegar a la pretemporada con su equipo en plena forma: “Siento que la vida del futbolista es muy corta. Para mejorar, tengo que jugar, y para jugar tengo que entrenarme“.
“Si quiero que mi entrenador me ponga de titular, tengo que estar bien técnicamente, tácticamente y mentalmente. Lo más importante para mí es llegar en buenas condiciones para tener los minutos que necesito durante la temporada“.
“En EEUU estoy acostumbrado a entrenarme dos al veces al día. Como mucho tres veces, en plena pretemporada. Pero en Marcet no sólo tenemos tres o cuatro sesiones al día, sino que también seguimos dinámicas de distinto tipo”.
Se refiere Giancarlo a los entrenamientos en piscina y, sobre todo, en playa. “Valoro mucho estas sesiones, porque en ellas se trabaja de forma diferente. Es importante que haya variedad, porque todo ayuda. Todo es un complemento”.
El entrenamiento en la playa es ideal para desarrollar fuerza y propiocepción. La inestabilidad de la arena hace que golpear la pelota en esta superficie mejore el equilibrio y la estabilidad de cada jugador.
La suavidad de esta superficie amortigua los impactos en el suelo. Eso es positivo para las articulaciones y permite realizar un trabajo de prevención de lesiones en total seguridad.
Una de las postas que afronta Giancarlo prevé una carrera lastrada, un trabajo pensado sobre todo para reforzar abductores y glúteos, músculos fundamentales en la práctica del fútbol.
“Llevo dos años en el Coker College, y me quedan dos más”, explica el portero guatemalteco, cuyo objetivo es dedicarse al fútbol profesional una vez terminados los estudios.
Giancarlo recibió una beca parcial para poder estudiar en EEUU. Esa ayuda económica varía y puede aumentar en función del rendimiento deportivo del estudiante. También por esa razón el guardameta se toma tan en serio su preparación de cara a la próxima temporada.
El portero de la Coker University valora positivamente la variedad de estímulos que está recibiendo en Barcelona: sesiones específicas para guardametas, entrenamientos tácticos, técnicos, psicológicos, condicionales, en espacios cortos, en espacios largos…
“No es fácil encontrar un sitio donde es posible entrenarse jugando tantos partidos, sobre todo de fútbol 11”, comenta Giancarlo, que durante su estancia en España participó en la Talent Cup con un equipo Marcet.
“Jugué un muy buen torneo individualmente, sumé una buena cantidad de paradas. Estoy satisfecho de cómo actué en la competición”, recuerda el guardameta, que también se llevará esta experiencia en su maleta de camino a Carolina del Sur, donde en breve empezará su tercer año de carrera universitaria.
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