Valores que cambian vidas

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Aprender a respetar la disciplina dentro y fuera del campo fue clave para que Ismael Pardo fichara por el Mallorca.

Sus primeras semanas en Marcet no fueron fáciles. Ismael tenía que adaptarse a unas rutinas deportivas y académicas a las que no estaba acostumbrado. Con tiempo, esfuerzo y rigor, el delantero tarraconense supo sacar lo mejor de sí mismo y su nombre empezó a aparecer en la libreta de más de un ojeador. Hasta que en agosto de 2018 logró fichar por el RCD Mallorca.

“Llamaron a mi padre, que me dio enseguida la noticia”, recuerda Ismael Pardo. “La verdad es que no me lo podía creer. De no ser casi nadie a ser fichado por el Mallorca… Es un paso enorme para mí“, explica el delantero en alusión a la complicada etapa que vivió antes de llegar a Barcelona, donde protagonizó una auténtica redención futbolística.

Ismael pasó por unos años en los que su vida no tenía un rumbo claro. Estaba en la calle, sin estudiar, entrenándose de forma irregular. “Se juntaba con gente que no le convenía, frecuentaba compañías que no eran las más adecuadas”, explica José Antonio, padre del futbolista. “Sin embargo, al final supo pasar página gracias al fútbol. El Draft de la Fundación Marcet le dio la oportunidad de cambiar su vida“.

Tras lucirse en el tryout organizado en la primavera de 2016, el delantero se sumó a la disciplina de la Academia de Alto Rendimiento, donde permaneció dos años. “En Marcet me enseñaron valores como la humildad, el esfuerzo y el sacrificio. Fue un gran cambio en mi vida. Y también lo fue jugar contra equipos como Barcelona, Atlético de Madrid, Sevilla, Getafe, Espanyol, Oviedo, Zaragoza, Gerona, Huesca… Fue una auténtica ilusión, un sueño que se cumplía”.

“Durante estos años en Marcet hemos notado una gran evolución en Ismael, sobre todo en su madurez”, señala el padre del nuevo fichaje del Mallorca, convencido de que esa transformación le ha venido “muy bien” a su hijo no sólo como jugador de fútbol, “sino también como persona”.

Ahora toca pensar en el futuro. “En la cantera del Mallorca tengo que seguir aprendiendo y dar lo máximo para llegar a ser un jugador profesional, que siempre ha sido mi sueño desde pequeño. Mi único objetivo es divertirme y trabajar duro para poder subir al primer equipo el año que viene“.

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