El chef del Rey

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El ex cocinero de uno de los restaurantes más prestigiosos de Barcelona explica qué pautas sigue para preparar la comida a los alumnos Marcet.

Contrariamente a lo que muchos pueden pensar, la alimentación de un futbolista no debería diferir de forma sustancial de la del resto de personas. Lo que ocurre es que los deportistas acaban siguiendo un régimen diferente al de la mayoría simplemente porque la mayoría no se alimenta de forma correcta.

“Tener hábitos saludables significa entender que no hay ningún alimento malo, sino que hay que comer de todo en las medidas que nos indica la pirámide alimenticia”, señala Ivette Ogazón, nutricionista de la Fundación Marcet: “Hay que dosificar cada alimento en sus raciones correctamente y tomar las medidas diarias recomendadas”. Algo que es imprescindible para quienes quieran dedicarse al fútbol de forma profesional, pero que también debería valer para toda la población. Aunque un deportista necesite un mayor aporte de carbohidratos, proteínas y agua para paliar el desgaste físico y la deshidratación causados por su intensa actividad física, la pirámide alimenticia seguirá siendo su referencia a la hora de planificar una dieta equilibrada.

Otra cosa es dar con la tecla para que la correcta distribución de los macronutrientes también sea apetitosa. Es el reto al que se enfrenta Calixto Sánchez, chef de la Fundación Marcet. Su misión es hacer que una comida saludable también sea apetecible para chicos de menos de 18 años. “Para que los platos resulten más sabrosos es fundamental trabajar bien las salsas”, explica el cocinero, acostumbrado a lidiar con algunos de los paladares más exigentes de la sociedad española.

Estrella Michelin

Antes de llegar a Marcet, Calixto fue durante años chef de La Balsa, uno de los mejores restaurantes de Barcelona. “Nos dieron la estrella Michelin en 1989. Lo normal era recibir a clientes como el Rey de España con su familia, el ex presidente Aznar…  En realidad casi todos los políticos pasaron por La Balsa. Y los deportistas también. Me acuerdo de Figo, Maradona…”

Cocinar para unos deportistas no es lo mismo. El sabor sigue teniendo su importancia, pero la prioridad es proporcionar una dieta equilibrada a los alumnos de la Academia de Alto Rendimiento Marcet. Según Calixto, lo más demandado son pasta y arroz:  “Si los chicos no comen pasta, parece que no han comido nada. Entonces intento alternar el tipo y las salsas, para que haya variedad. Pero pasta o arroz siempre tiene que haber“. Algo normal en un contexto de formación deportiva, ya que los hidratos de carbono son indispensables para rellenar los depósitos de glucógeno de los futbolistas después de las intensas sesiones de entrenamiento a las que se enfrentan.

En este sentido, la comida es un elemento clave en la formación de un futbolista. Tanto como la técnica, la táctica o la inteligencia en la toma de decisiones. Porque alimentarse de forma correcta es imprescindible para superar el desgaste físico que supone entrenarse más de una vez al día. Lo sabe Calixto, que ha dado con la fórmula capaz de conjugar el sabor no sólo con el rendimiento deportivo, sino también con las diferencias culturales: “En Marcet hay chicos procedentes de países muy distintos, con hábitos alimenticios a veces incompatibles. Algunos no pueden comer cerdo, otros ternera… Por eso tenemos alternativas como pollo, cordero o conejo. Es importante que haya variedad y que todos los alumnos se sientan cómodos a la hora de sentarse a la mesa“.

 

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