Un Camino de Perseverancia

Martín Quijada, mediocentro de Panamá, comparte sus inicios en el fútbol, sus experiencias en Marcet y sus sueños de futuro en el deporte.

Martín Quijada, originario de la ciudad de Panamá, rememora cómo comenzó su pasión por el deporte: “Empecé jugando futbol desde una muy temprana edad en Panamá. El primer equipo en que estuve se llama Los Libertadores, donde empecé jugando como defensa central”. En ese equipo, tuvo la oportunidad de viajar a Costa Rica y participar en varios torneos, lo que fortaleció su pasión por el deporte. A los 12 años, se unió a la Chievo Academy Panamá, una filial del Chievo Verona de Italia, donde jugó hasta viajar a Italia en dos ocasiones. Fue en este equipo donde conoció a unos amigos que le hablaron de la Academia Marcet en Barcelona.

El salto a “Marcet marcó un antes y un después en su trayectoria”, según sus palabras. “En junio de 2018, con 16 años, emprendí mi viaje a Barcelona. Cuando llegué me recibieron muy bien, gracias a todos los entrenadores, a los jugadores, e incluso a las personas que se hacían cargo de nosotros en la residencia y de nuestro transporte, me sentí como en casa muy rápido”, relata Martín. La multiculturalidad de la academia, con jugadores de distintas partes del mundo, lo enriqueció tanto en lo personal como en lo futbolístico. Sin embargo, no todo fue fácil. Martín enfrentó dos operaciones: una de ligamentos cruzados y otra de menisco. “Lo que más me marcó fue la pandemia. Estuve toda la cuarentena en la Forja. Nos dividimos en grupos para hacer gimnasio y entrenar en el espacio que teníamos. Siento que todos nos hicimos muy cercanos durante ese tiempo”, comenta, subrayando la resiliencia y la unión que se forjaron en esos meses.

Luego de su paso por Marcet, Martín dio otro paso significativo en su carrera deportiva, pero también académica y humana, al ser admitido para estudiar en la Universidad Culver-Stockton, ubicada en Canton, Missouri. “Mi objetivo era conseguir una beca deportiva en Estados Unidos para estudiar y jugar a fútbol. Aún me queda otro año en la universidad para jugar al fútbol. Voy a darlo todo a ver si puedo conseguir un equipo semiprofesional y seguir jugando si puedo”, afirma. Su pasión por el fútbol y la perseverancia lo han llevado a visualizar un camino lleno de esfuerzo y compromiso.

Cuando se le pregunta sobre sus fortalezas, Martín destaca su disciplina y su hambre de ganar. “Si el técnico me pide algo, yo lo voy a hacer”, asegura. Sin embargo, también es consciente de sus áreas de mejora. “Creo que tengo que seguir mejorando mi técnica y me gustaría mejorar mi ritmo de juego. Siento que tengo que jugar más rápido si quiero jugar a un nivel alto”, reconoce con sinceridad.

Martín sueña con un futuro estable y lleno de oportunidades. “En 5 años espero seguir jugando a fútbol, pero también espero estar estable. Si todo sale bien, me gustaría estar viviendo aquí en Estados Unidos con una economía estable, ya con mi licenciatura y mi maestría como preparador físico”, comparte. Este mediocentro panameño continúa trabajando incansablemente, demostrando que la perseverancia y el esfuerzo son claves para alcanzar sus sueños.