Creciendo con el Fútbol

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De jugador amateur a readaptador en Segunda División, Miguel Ángel Ortega Valle transforma su pasión por el deporte en un camino de éxito.

Miguel Ángel Ortega Valle descubrió desde niño su pasión por el fútbol mientras jugaba en el equipo de su pueblo. Aunque pronto se dio cuenta de que no contaba con las habilidades técnicas para llegar a ser profesional, nunca dejó de soñar con una vida vinculada al deporte. “Como todo niño, empecé jugando a un deporte que era mi pasión. Siempre soñé e intenté que se me diera lo mejor posible”, recuerda. Fue esta pasión, alimentada por su familia, lo que lo llevó a explorar otros caminos en el mundo del fútbol.

Su formación académica y profesional comenzó al obtener el título de monitor deportivo, pero no se detuvo ahí. Miguel se graduó en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte con mención en Deporte y Salud, complementando sus estudios con certificaciones de entrenador y otras especializaciones. “Prácticamente solapé mi retirada como jugador con la consecución del título de monitor deportivo para desarrollarme como formador de los más pequeños”, comenta.

Su carrera dio un salto importante cuando se unió a Marcet en Barcelona, en el departamento de optimización del rendimiento físico. Allí trabajó codo a codo con expertos como Javier Iglesias y Moisés Falces, compartiendo experiencias con un equipo multidisciplinar. “Teníamos un gran departamento en el que abarcábamos preparación física grupal, individual y readaptación de lesiones. Todos éramos partícipes en las diferentes áreas y compartíamos nuestras habilidades, lo que supuso un gran crecimiento personal y profesional para mí”, destaca Miguel.

Tras su paso por Marcet, regresó a Andalucía para trabajar como preparador físico en Segunda Federación. Su evolución lo llevó a un nuevo desafío: formar parte del CD Eldense en la Segunda División española. “Mi papel principal era ayudar a la recuperación de jugadores lesionados o que volvían de periodos de inactividad”, explica. En el club alicantino, Miguel se sumergió en un trabajo colaborativo con médicos, fisios, nutricionistas y otros profesionales, logrando que el equipo alcanzara la permanencia en la Liga Hypermotion.

Mirando al futuro, Miguel tiene metas claras: “Espero seguir creciendo tanto en la preparación física como en la readaptación y mantenerme vinculado al fútbol profesional. Me encantaría llegar a la máxima categoría nacional y, por qué no, tener alguna aventura en una selección. Es algo con lo que todo profesional siempre sueña”.

La trayectoria de Miguel Ángel Ortega Valle es un ejemplo de cómo la pasión y la dedicación pueden transformar desafíos en oportunidades. Desde los campos de su pueblo hasta la Segunda División, sigue demostrando que el fútbol no solo se juega, también se vive.

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