Una adaptación modélica
{mb_sdlf_jugador_SDLF-jugador_frase-destacada}Para llegar a la cantera del CD Lugo, Oraz Atayev tuvo que superar barreras lingüísticas y culturales.
Para algunos jugadores llegar a un equipo de primer nivel no es solamente un desafío deportivo, sino también cultural. Convertir el fútbol en una profesión es doblemente difícil cuando el destino te hace nacer en un lugar alejado de los epicentros mundiales del ‘deporte rey’. En este caso, mejorar tácticamente y progresar técnicamente ya no es suficiente. Hace falta también aprender un nuevo idioma, adaptarse a un entorno desconocido y tener el valor de recorrer un terreno inexplorado.
“Las primeras semanas en Barcelona fueron muy difíciles”, recuerda Oraz Atayev. En septiembre de 2015, el central llegó desde Turkmenistán a la Academia de Alto Rendimiento Marcet. Al comienzo le costó entender que su futuro futbolístico también dependía de su adaptación socio-cultural. “Durante el primer trimestre, me negaba a estudiar. Pero después me cayó una bronca de mi familia y empecé a esforzarme para aprender el castellano”, relata el defensa en el siguiente vídeo sobre las dificultades que él y algunos de sus compañeros tuvieron que afrontar en su desarrollo deportivo:
“Una vez cambiado el chip, en tres o cuatro meses todo empezó a funcionar mejor”, asegura Oraz, que acaba de llegar a la cantera del CD Lugo, equipo que compite en la Segunda División A de España. “Tanto yo como mis padres sentimos una felicidad enorme, porque sabemos que millones de chicos desearían estar en mi lugar. Hice un sacrificio importante al dejar a mi país y mi familia para irme solo a un lugar que no conocía y sin saber la lengua. Ahora todos estamos muy orgullosos de lo que he conseguido”.
Desde pequeño Oraz siempre supo que quería dedicarse al fútbol. Su padre tomó la decisión de llevarle a la Academia Marcet como primer paso para que pudiera cumplir su sueño. “Durante tres temporadas mejoré tanto en lo futbolístico como en lo personal. Jugué partidos contra equipos como Sevilla, Atlético de Madrid, Espanyol, Girona… Son rivales importantes, experiencias inolvidables que me hicieron no sólo crecer, sino también disfrutar del fútbol”.
La temporada que está a punto de empezar es clave para Oraz. El defensa turkmeno ya depende de sí mismo y sabe que tiene todas las papeletas para convertir su pasión en un trabajo: “Ahora mismo mi objetivo es hacer una buena temporada para poder seguir en el Lugo. Quiero llegar al primer equipo, debutar como profesional y llegar lo más lejos posible”.