Entrenador a fuego lento
{mb_sdlf_jugador_SDLF-jugador_frase-destacada}Tras Villarreal y Slavia Praga, Xavi Cano ficha por el DC United. “Estoy captando lo mejor de cada experiencia para crear poco a poco mi filosofía”.
“Nunca intento imponer un estilo de juego marcado. Al contrario, intento sacar lo mejor de cada jugador y a partir de ahí, entre todos, encontrar el estilo o idea de juego que más nos beneficie como equipo”. Ésta es la filosofía que ha permitido a Xavi Cano dar el salto al otro lado del Atlántico y firmar por el DC United. A sus 35 años, el entrenador de Utiel no para de acumular experiencia en los banquillos de medio mundo. Y cada vez son retos más exigentes.
Pregunta.- ¿Cómo empezaste a entrenar?
Respuesta.- Comencé con 17 años en la escuela del Utiel. En Enero de 2011, coincidiendo con mi etapa como estudiante en el INEFC , realicé prácticas en el RCD Espanyol B y me estrené en Marcet, primero como ayudante en los Alevines y más tarde llevando a un equipo de Benjamines. Ese periodo me valió la llamada por parte del Villarreal, que hasta Julio de 2017 fue mi casa. Allí empecé desarrollando labores de preparador físico y acabé como primer entrenador en las categorías Cadete e Infantil.
P.- ¿Y luego?
R.- En Julio de 2017 decidí romper mi zona de confort y dirigir al equipo Sub-21 del Slavia Praga, lo que en España vendría a ser el filial. Tras una temporada en República Checa, este verano me contactaron desde Washington y decidí aceptar la propuesta del DC United para llevar al equipo Sub-15, dirigir la metodología de la Academia y estar de entrenador asistente en el primer equipo.
“Competir es fundamental, pero el primer objetivo en el fútbol base no debería ser ganar”
P.- Estamos hablando de equipos de primera categoría…
R.- El Slavia de Praga es un equipo histórico y uno de los mejores en su país, donde ganó 17 títulos. El DC United es mucho más joven, fue creado en 1995. Pero es uno de los clubes más laureados en el panorama norteamericano, con 13 títulos oficiales. También ganó la Copa de Campeones de la Concacaf y la Copa Interamericana, siendo el único equipo en la historia de EEUU en alzarse con una copa internacional. A día de hoy están en pleno proceso de reconstrucción y para ello han fichado a Wayne Rooney.
P.- ¿Qué te gusta del fútbol norteamericano?
R.- Me ilusiona poder trabajar en EEUU. Me gusta su forma de entender el deporte como un espectáculo. Allí el fútbol está en pleno desarrollo. Disponen de un potencial tremendo y lo quieren desarrollar, pero necesitan empaparse de la cultura que tenemos en Europa, de nuestro orden táctico.
P.- Ya eres un especialista en canteras. ¿Entrenar a los más jóvenes ha sido una elección o se dio por casualidad?
R.- Es verdad que los que no hemos sido jugadores de primer nivel lo tenemos más difícil para desarrollarnos como entrenadores de forma rápida y directa. Pero creo que todos los técnicos deberían pasar por las categorías inferiores para no perder la verdadera esencia del deporte. Yo he tenido el privilegio de poder entrenar en grandes canteras y disfrutar del desarrollo de muchos jugadores en su camino hacia la élite. Es un proceso que me gusta llamar ‘cocido’: se va cocinando a fuego lento, pero es muy enriquecedor. Poder conocer diferentes clubes, culturas y países me está permitiendo captar lo mejor de cada cosa y poder añadirlo a mi receta para crear mi propia idea.
P.- ¿Y de momento qué ingredientes lleva tu ‘cocido’?
R.- Para mí la clave es que el jugador tiene que aprender a elegir por sí mismo, sin miedo a equivocarse. Hay que hablar con él, preguntarle que está sintiendo. Está claro que no es un proceso rápido. Requiere mucho esfuerzo y dedicación, muchas horas de ver vídeos, analizar entrenamientos y, sobre todo, conocer a cada uno de los miembros de tu plantilla. Las categorías del fútbol base son fundamentales. Creo que los entrenadores tenemos que proporcionar a los jugadores el mayor número de vivencias posibles para que luego, cuando sean profesionales o estén cerca de ese objetivo, puedan disponer de una ‘base de datos’ muy amplia y sean capaces de decidir de forma más rápida y acertada. Competir es fundamental, pero el primer objetivo en el fútbol base no debería ser ganar, sino que los jugadores acumulen experiencias para tener luego más recursos a la hora de afrontar las dificultades que se presenten en su carrera deportiva.