Una crisis, una oportunidad

{mb_sdlf_jugador_SDLF-jugador_frase-destacada}

Debido a la guerra en Ucrania, Yehor Krapivin continuó su desarrollo en Marcet y fichó por el Espanyol.

El fútbol a menudo sirve como un refugio de la realidad. Yehor Krapivin, un joven ucraniano, vivió la guerra en su país, una cruda realidad que lo llevó a emigrar y a labrar un nuevo capítulo en su vida a través del deporte. A pesar de los desafíos que enfrentó desde temprana edad, su amor por el juego lo motivó a buscar horizontes frescos para su carrera, y recientemente, logró un hito significativo: fichar por el RCD Espanyol.

Durante el estallido de la guerra, Yehor se encontraba jugando en las divisiones juveniles del Shakhtar Donetsk, uno de los clubes más prominentes de Ucrania. “Mi padre recibió un correo electrónico de Marcet tres meses después de que comenzara la guerra. Consultamos a personas familiarizadas con la academia y decidimos venir. Al final, fue la mejor oportunidad de mi vida“, evoca Krapivin, cuyo puesto en el campo es el de portero.

El ucraniano siempre tuvo metas claras: perfeccionar su destreza bajo los tres postes y avanzar hacia el ámbito profesional. Sin embargo, el camino no fue fácil. “Aquí, la exigencia es alta. Hay entrenamientos por las mañanas, por las tardes, además de sesiones específicas para mejorar mi condición física y técnica“, reconoce. Al abordar su progreso durante su tiempo en Marcet, Yehor comparte: “Ahora me siento más seguro jugando con los pies, he mejorado mucho en los duelos uno contra uno y en el juego aéreo. Pensaba que, siendo alto, dominaría el juego aéreo, pero los entrenadores me han ayudado mucho a pulirlo”.

El esfuerzo arduo que invirtió en la academia, los sacrificios al dejar su tierra natal y enfrentarse a un país con idioma ajeno, finalmente dieron frutos. “Carlos Rivero (Director Deportivo de la Academia Marcet) me comunicó que el Espanyol quería que me uniera a sus entrenamientos. Me puse muy nervioso. Pensé, ‘¡vaya, el Espanyol!’”, recuerda con una sonrisa. El equipo perico finalmente lo ficharía por tres temporadas, y el momento de la firma sería especialmente emotivo al contar con la presencia de sus padres y hermana.

Su dedicación en Marcet y su valentía al dejar su país natal en medio de la guerra han sido recompensadas con una oportunidad única. Como portero del Cadete A del Espanyol, ha alcanzado un hito importante: su convocatoria a la selección ucraniana Sub-16. Este reconocimiento no solo valida su talento y trabajo duro, sino que también demuestra que los sueños pueden convertirse en realidad a través de la perseverancia y el compromiso.

La historia de Yehor ejemplifica cómo el fútbol puede ser una vía para superar la adversidad. La guerra en su país se convirtió en una nueva oportunidad en Marcet, y finalmente, en el RCD Espanyol Fútbol Base. A través de su pasión y determinación, Yehor Krapivin demuestra que incluso en los momentos más oscuros, los sueños tienen el poder de cumplirse.

Si tienes dudas sobre alguna de nuestros cursos, o quieres que te mandemos más información, rellena el siguiente formulario.

Escríbenos

Contactar